viernes, 2 de abril de 2010

CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN -ninguna lección conyugal-



Iván Salmerón Covarrubias
La experiencia de ver esta cinta ha sido muy particular, nada distinto a la de miles de progenitores, aunque para mi dinámica común si lo es. Resulta que le sugerí la idea de ir a ver esta cinta a mi pequeño hijo cincoañero, dos o tres días antes (de cumplir con el compromiso, claro) aprovechando su periodo vacacional por semana santa. Pues cada día previo a la cita, el inquieto y cinéfilo crío se encargó de recordármelo por lo menos cinco veces por día, lo que puso a prueba mi temple y mi paciencia jobiana. Pero ya lo reza la filosofía popular, "no hay plazo que no se cumpla ni fecha que no se llegue" y de la mano del minIvan hice presencia en la función vespertina de "Cómo entrenar a tu dragón". Lo malo fue que debido a la sorpresiva salida "en bola", ya que aparte de los citados asistentes, también se unió el brazo femenino de la familia, solo que ellas enfocaron su atención en otra legionaria cinta. Decía que lo malo fue que llegamos "rayando" el inicio de la película lo cual impidió la recarga de carbohidratos en la dulcería lo cual redundó en los consabidos recordatorios de "papá...tengo sed", "papá...quiero palomitas" durante una parte de la proyección. Sirva lo anterior para decir que la trama de "Cómo entrenar a tu dragón" (CEATD) fue lo suficientemente solvente para disminuir rápido los requerimientos del pequeño con tal de no perder detalle de la historia.
Ante los severos embates creativos de Disney-Pixar quien acaba de llevar otro Oscar a sus anaqueles con la hermosa "Up", Dreamworks no se queda cruzada de brazos y lanza su do de pecho con esta divertida historia de dragones y vikingos aventureros.
Ahora que puse sobre la mesa estas dos historias, habrá que esperar el nivel de preferencia hacia cada una de ellas, son hermosos cuentos y de diferentes temas pero en los próximos meses habremos de ver hacia dónde se inclina la balanza. "Cómo entrenar a tu dragón" tiene una difícil tarea por delante ya que "Up" dejó dorada constancia de su calidad como ya lo señalé, en la reciente entrega de los premios Oscar en una indiscutible elección como la mejor película animada del 2009.
Tal vez menos emotiva pero tal vez más emocionante, CEATD (acortamiento obligado ante la notable longitud del título) también logra atraparte aunque con menos personajes entrañables pero si a fuerza de llevar un ritmo sostenido de emoción con pocos baches. Algo que es de llamar la atención es que volvemos a encontrar por tercera vez en poco tiempo, míticas criaturas voladoras montadas por los protagonistas, en "La era de Hielo 3" Buck y los gemelos Crash y Edie montan sobre esa especie de pterodáctilo cuando buscan a Sid; en Avatar los guerreros Na'vi son también diestros jinetes de los Ikran y ahora en CEATD, este tipo de acción es una parte muy importante del entramado.
Algo que parece llevar al frente a Disney-Pixar es el diseño de los personajes, han logrado un estilo muy particular que fácil y rápidamente "conecta" con el público, Dreamworks sufre más en este rubro ya que fuera de Shrek y Kung Fu Panda son poco memorables sus personajes a diferencia de los famosos Toy Story, Cars, Ratatouille, Monsters Inc y por supuesto Wall e.
CEATD es la historia contada en animación 3D acerca de una aldea de vikingos que padece una muy particular plaga diferente a las conocidas de mosquitos, roedores y vendedores ambulantes. El protagonista es el jóven Hipo quien es el hijo suigeneris (ninguna referencia a la salida del closet de Ricky Martin) del mandamás de la tribu, que aunque se afana en ser como todos sus paisanos no logra evadir su personal realidad que sale a flote en los momentos culminantes y que precísamente estos momentos son los que marcan la dirección de esta épica aventura de vikingos y dragones. No es de complejidades literarias ni de estricta mitología escandinava, es un sencillo cuento narrado con habilidad dirigido a un público infantil y mentalidades compatibles sin olvidar claro, que cuando se deja de ser niño se comienza a perder la capacidad de asombro. A mi pequeño acompañante también le gustó lo de "Cómo entrenar a tu dragón", tanto que estoico esperó hasta el final de la función para de nuevo solicitar sus "chuchulucos"*.

*Jerga de Mexico:
"Chuchulucos" palabra popular que describe cualquier tipo de golosina, antojito o tentempie.

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